

Es un coronavirus que se caracteriza por sus espigas que forman una corona circular. Los investigadores creen que se alojaba en los murciélagos, animal que sirve como reservorio para multitud de virus. Aún se estudia cómo pasó al hombre, aunque estos saltos son cada vez más frecuentes por la colonización de espacios hasta ahora vírgenes. El primer lugar donde se detectó su presencia en humanos fue en Wuhan (China).
La principal vía de contagio es el aire. Los aerosoles que provocamos al hablar y respirar contienen virus y son inhalados por otras personas. Gracias a sus espigas logra adherirse a las fosas nasales, la lengua o la garganta. Después pasa a los órganos abriendo las células con su espiga. El sistema inmunitario detecta al intruso y lanza un ataque que, en la mayoría de los casos, provoca los síntomas más comunes: fiebre, cansancio, dolor muscular, tos o dolor de cabeza. Pero en ocasiones los síntomas se agravan: neumonía, coágulos, lesiones cardíacas o renales, infecciones, trastornos mentales…
El SARS-COV-2 ha mutado más de 4.000 veces desde su salto a los humanos. La mayoría de esas mutaciones son irrelevantes, pero otras pueden hacerle más letal o contagioso. No obstante, el virus tratará de adaptarse a su huésped, si muere el huésped el virus no puede vivir en él. Las mutaciones más peligrosas son la variante británica, la sudafricana y la brasileña.
millones
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según el Ministerio de Sanidad
muertos, según I.S. Carlos III
3.900 millones de personas han sufrido confinamientos
Solo 5 países (Islas del Pacífico) no han tenido casos de COVID-19
Desde marzo de 2020 se han suspendido casi todos los eventos con público y se han restringido los viajes
El uso de las mascarillas es generalizado en prácticamente todo el mundo
La pandemia ha obligado a la distancia social, el uso de gel hidroalcohólico y otras medidas preventivas
La enseñanza on-line se ha convertido en la alternativa para millones de alumnos por el cierre de sus centros
El teletrabajo se ha impuesto para millones de personas que han trasladado su oficina a su hogar
La pandemia provocó la mayor caída del PIB desde la Guerra Civil. Ni durante el crack del 29 ni en la Segunda Guerra Mundial se registraron descensos superiores al 10%. En plena devaluación de la peseta, el PIB cayó sólo un 1% (1993) y en el peor momento del estallido de la burbuja inmobiliaria la economía perdió un 3,8% (2009). Los confinamientos, la caída de los viajes, las restricciones comerciales y demás medidas preventivas han causado un daño enorme en la economía.
La caída del PIB en España ha sido la peor de los países avanzados. Su mayor dependencia del turismo, el elevado nivel de pymes en su tejido productivo y la alta temporalidad en el mercado laboral son tres de los motivos principales. El Reino Unido, Italia y Francia sufren también fuertes caídas de sus economías, mientras Alemania ha logrado amortiguar el descenso gracias a su tejido industrial.
El primer día laborable tras el decreto del estado de alarma se destruyeron casi 180.000 empleos. El ritmo fue de 7.400 despedidos a la hora. En los 14 días que restaban de marzo se perdieron cerca de 900.000 trabajos. La crisis de Lehman Brothers en 2008 generó un efecto parecido, pero tardó 101 días en materializarse. Con la covid-19 se concentró en dos semanas a un ritmo de 50.000 despidos al día. “Todo es tremendo”, reconocía el Gobierno.
El Gobierno diseñó los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo para paliar la ausencia de actividad económica durante el confinamiento. En marzo se registraron 620.000 trabajadores afectados. En abril la cifra alcanzó los 3,4 millones. Uno de cada cuatro asalariados del país estaba en ERTE. Los trabajos relacionados con el turismo y la hostelería han sido los más afectados y los que en mayor medida se han acogido a este tipo de cobertura. En la restauración, hasta un 65% de los empleados del sector llegaron a estar en ERTE.
En total, el servicio público de empleo estaba pagando una nómina a 5,2 millones de personas a finales de abril. La factura mensual ascendía 150 millones de euros al día. Nunca tantos trabajadores han estado cubiertos con dinero público.
2020 se cerró con una cuarta parte de los 80 millones de turistas que llegaron el año anterior: sólo 19 millones de visitas de extranjeros. Una caída del 77%. Habría que retroceder a 1969 para ver cifras de turistas tan bajas. Traducido en ingresos, el sector turístico perdió 72.000 millones de euros. Con ese dinero se podrían cubrir todas las pensiones del sistema durante medio año.
La pandemia dejará una enorme montaña de deuda en los países avanzados no vista desde la Segunda Guerra Mundial. La media se situará en el 120% del PIB, una cifra muy en línea con la situación de la que partirá España en la recuperación. La Unión Europea ha aprobado un plan de recuperación de 750.000 millones para los próximos años. EEUU aprobó un plan de ayudas de 900.000 millones de dólares en diciembre de 2020 y otro de 1,9 billones en 2021.
El desarrollo de las vacunas contra la covid no tiene precedentes. Sólo han pasado 10 meses desde la identificación del virus hasta la aprobación de la primera vacuna. La más rápida hasta ahora, la del sarampión, llevó 10 años. La de la polio, 47 años. En marzo de 2021, ya se han autorizado 10 de las 242 vacunas en desarrollo en todo el mundo. Las nuevas vacunas de ARN han revolucionado este campo. Moderna sólo tardó 41 días en tener una vacuna lista para ensayos. La eficacia de las primeras vacunas aprobadas es de prácticamente el 100% por su grado de protección frente a la covid mortal, pero no necesariamente del contagio o covid leve. Por comparar, la vacuna del sarampión tiene una eficacia cercana al 100% pero la de la gripe estacional a veces no llega al 60%.
Israel ha sido el país del mundo que más rápido ha vacunado a su población. No dudó en pagar más caras las vacunas de las farmacéuticas que el resto de los países e inició el plan de vacunación masiva antes que nadie. En Europa, la obtención de las vacunas ha seguido un proceso más lento, primero por la validación por parte de la EMA (Agencia Europea del Medicamento) y después por problemas de suministro.
La OMS ya ha advertido que será imposible alcanzar la inmunidad mundial en 2021. La científica jefa de la organización, Soumya Swaminathan, ha avisado de que “se necesita tiempo para escalar la producción de dosis, no sólo en millones, sino en miles de millones”. En España, el Gobierno espera tener vacunado al 70% de la población en el verano de 2021, lo que supondría una inmunidad suficiente como para abandonar la mayor parte de las restricciones.